El tiempo arrastra recuerdos que vagan por la mente, alguna vez, motivados por extraños resortes que la existencia establece, obligan a traerlos para someterlos a juicio y entroncarlos en el devenir diario de todos para su aceptación o reprobación, y al hacerlos públicos se convierten en parte de una realidad tangible que amplía su espíritu, implicando a quienes atentos los asimilan y asumen identificándose con ellos. Proyectándolos en la memoria colectiva.
Fui huérfano de padre a muy temprana edad, ferroviario de profesión de las escasas impresiones que me quedan de su existencia es aparecer por casa después de un partido en el estadio RAMÓN SÁNCHEZ PIZJUÁN, ronco y marcharse cariacontecido a la cama sin cenar. Obligado por su muerte tuve que marcharme a Madrid donde, en la calle Pirineos, 55 se levantaba y aún hoy se levanta EL COLEGIO DE HUÉRFANOS DE FERROVIARIOS. Una existencia distinta a la que tuve que adaptarme rápidamente forzado por las circunstancias. Hice amigos, al principio entre los andaluces que encontraba, más entre algunos SEVILLISTAS que compartíamos la misma PASIÓN. Solían regalarnos, cuando visitaba nuestro EQUIPO el Bernabeu o el Vicente Calderón, entradas para asistir a los partidos. No distaba mucho en concreto el estadio del Real Madrid de mi recluida estancia y allí estaba en uno de ellos con mi orgullo de SEVILLISTA para llevar el aliento a los NUESTROS. No era el mejor de los momentos para el SEVILLA, CLUB DE FÚTBOL, que era así como se llamaba por entonces, se jugaba seguir en la Primera División, el Real Madrid ser campeón de liga. Quise tenerlo más cerca de mí y los que asistimos saltamos una reja metálica que separaba el enorme graderío que en fondo presentaba el que por entonces era muy parecido a nuestra actual bombonera. Recuerdo que la Preferencia se encontraba en el Paseo de la Castellana y Fondo en la calle Padre Damián. Algunos del público nos ayudaron a ello, no sin cierta guasa al comprobar el escudo que portaba la solapa de mi chaqueta. Escudo que tengo que contaros hurté de unos grandes almacenes porque no tenía un duro y anhelaba su presencia junto a mí. Pecadillo de adolescencia que obró en mi conciencia, pero ¡pudo más el ansia de poseerlo!. El partido acabó 4-1, sólo recuerdo de él a un aguerrido Costas (el Pechuga) todo de rojo, como intentaba encaramarse encima de un delantero merengue que iba camino de la portería.
Mientras en frente, en el palco, un JOSE Mº DEL NIDO BENAVENTE de mi misma edad prometía que no se preocupara, que él haría un SEVILLA, FC campeón, a su compujido padre JOSÉ Mº DEL NIDO BORREGO, otro Borrego, Francisco para más señas, le prometía al suyo, alzando la vista hacia lo que Jesús Alvarado definió tan acertadamente como el TERCER ANILLO, que mientras tuviera aliento defendería los colores que tan dignamente había sabido inculcarme, esforzándome en todo lo posible por hacerlo extensible a los que me sucedieran. Pasado todo este tiempo, cada uno desde su posición ha cumplido con su promesa. Nuestro PRESIDENTE nos ha hecho grande y campeón, por seis veces ahí es “na”. La mía ha estado certificada con las ansias de hacer realidad inmumerables misivas en la defensa del MEJOR EQUIPO DEL SUR DE ESPAÑA, defenderlo como nadie no sólo desde blogs como éste, sino cuando se hacía tan complicado enviar cartas a los periódicos siendo escasos en tan ardua tarea y muchos los que intentaban manchar y menospreciar la imagen y la grandeza del SEVILLA, FC. Pero tengo por más gloria la que ningún padre pueda albergar, y esto lo escribo con orgullo y mucha satisfacción: la de contemplar a mi hijo JESUS CREATIONS, con tan pocos medios como posee, realizar magistrales videos que dan la vuelta al mundo y ponen la carne de gallina arrancando lágrimas de PASIÓN y de ALEGRÍA, a cuantos se asoman a disfrutarlos, expresando como sólo él sabe hacerlo este SENTIMIENTO tan NUESTRO y TAN COMPLICADO de desarrollar, conjuntar y reflejar, cuando de componer una sinfonía de luz, imagen y sonido se trata, creando y haciendo estallar, bajo un colorido inigualable una revolución visual única, mágica e irrepetible, un ambiente muy propicio para la locura colectiva que trasciende todo lo imaginable.
LO DICHO, LAS PROMESAS ESTÁN PARA CUMPLIRLAS.
Fco. Borrego